La Costa Brava es una de las zonas de costa más bonitas de España, y no hay debate en esto. Una prolongación de paisajes salvajes a base de acantilados, pinares, calas de aguas cristalinas, formaciones rocosas y pequeños pueblos de pasado pesquero que son una delicia para todos los sentidos en cualquier época del año.
Este increíble rincón catalán poco o nada tiene que envidiar a otras maravillas del mundo. La Costa Brava es todo un paraíso en donde encontrarás coquetas villas y pequeñas localidades de cuento. En este post te contamos cuales son los 13 pueblos más bonitos de la Costa Brava en nuestra opinión, para que no te pierdas ni uno sólo en tu visita. Esperamos que esta guía te sea útil para tu visita por esta increíble zona de Girona y aclare todas tus dudas. Así que, anota y ¡a disfrutar de la aventura!
🏠 LOS 13 PUEBLOS MÁS BONITOS DE LA COSTA BRAVA.
1. Cadaqués.
Cadaqués es uno de esos pequeños pueblos pesqueros que se salvó de la construcción masiva en la explotación turística de la Costa Brava, y ha sido capaz de conservar su virginidad urbanística. Y es precisamente aquí, donde reside toda su magia y encanto. Cadaqués es una de las mayores joyas de esta zona de la costa de Girona, una localidad situada en la comarca del Alt Empordà, flanqueada por la montaña del Puig de Paní, el Puig de Bufadors, el Cap de Creus y acariciada por el mar mediterráneo.
A base de casitas blancas con locales de artesanía y restaurantes en sus bajos, se abre paso un exquisito entramado de callejuelas empedradas que conquistó el corazón de Salvador Dalí, Marcel Duchamp, Federico García Lorca, Picasso, Joan Miró o Richard Hamilton. Sin lugar a dudas, Cadaqués es uno de los pueblos más bonitos que ver en la Costa Brava, así como uno de los pueblos más bonitos de Cataluña y España.
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2. Calella de Palafrugell.
Otro de los pueblos más bonitos que ver en la Costa Brava es Calella de Palafrugell, una elegante, sencilla y pequeña localidad bañada por aguas mediterráneas. Junto con Cadaqués, son dos de esos pueblos que han conseguido mantener la esencia de antiguo pueblo pesquero que tanto nos gusta.
Entre casitas blancas con locales de artesanía y restaurantes en sus bajos, y viviendas tradicionales de pescadores, encontramos un entramado de callejuelas empedradas preciosas de recorrer en un paseo al atardecer. Entre el sonido de las gaviotas, pequeñas barquitas y la brisa marina, te recomendamos que te acerques hasta la Punta dels Burricaires, desde donde obtendrás una preciosa vista de Calella de Palafrugell así como de la Platja del Port Pelegrí y la Platgeta de Calella.
3. Begur.
Begur, situada en el corazón del Empordà, es otro de los pueblos más bonitos que ver en la Costa Brava. Esta pequeña localidad rodeada de increíbles playas está formada por un conjunto de colinas, donde el casco antiguo y su icónico castillo medieval presiden el entorno.
Su pasado histórico medieval, así como su legado pesquero o indiano todavía siguen latentes en sus estrechas callejuelas flanqueadas por casitas de piedra. Entre torres defensivas del s.XVI, casas de indianos e iglesias góticas, encontrarás una sencilla localidad con pequeños locales de artesanía, restaurantes y una esencia de lo más marcada.
4. Tamariu.
Perteneciente al término municipal de Palafrugell y ubicado en la comarca del Baix Empordà, encontramos otro de los pueblos más bonitos que ver en la Costa Brava; Tamariu. Una pequeña localidad formada por estrechas callejuelas típicas de un antiguo pueblo marinero, casitas blancas y un espléndido paseo marítimo con vistas al mediterráneo.
Su coqueta, tranquila y familiar playa de aguas cristalinas inundada de barquitas de pesca durante todo el año, y rodeada de rocas y vegetación, conforman otro de los lugares más bonitos que ver en la Costa Brava. Además, siguiendo el camino de ronda, podrás disfrutar de este litoral a base de calas, acantilados y pinares, donde destacan algunas como; Cala Pedrosa, Agua Xelida, Aiguadolca, Cala Marquesa, Cala de los Genes o Los Iris.
5. Pals.
Pals es otro de esos lugares que no te puedes perder en la Costa Brava. Se trata de una preciosa villa de origen gótico que se ha mantenido en todo su esplendor a pesar del paso de los años. Un recinto amurallado conformado por un entramado de callejuelas empedradas flanqueadas por casitas de piedra, donde destacan sus bonitos arcos, las tienditas de artesanía y antigüedades, la Torre Mora o el Mirador Josep Pla.
Este increíble núcleo histórico de esencia medieval ofrece coquetos rincones que sólo podrás descubrir si callejeas Pals como se merece. La localidad además está rodeada de antiguos campos de arroz, donde ese característico color verde conforma un paisaje de encanto que merece la pena ser disfrutado desde algunos de los miradores de la villa. Sin lugar a dudas, Pals es una experiencia que hay que saborear con calma.
6. Portlligat y la Casa de Dalí.
¿Y que decir de Portlligat? Se trata de una de las calas más populares de Cadaqués, un lugar casi virgen, acariciado por tranquilas aguas mediterráneas, un remanso de paz rodeado de una árida naturaleza que cautivó al mismísimo Salvador Dalí. Este auténtico paraíso fue escogido por el pintor para construir su bonita casa, donde residió durante muchos años.
Dalí escogió a la perfección. Portlligat es uno de los lugares más fascinantes que ver en la Costa Brava. Entre el Cap de Creus y el bonito Cadaqués, frente a la Isla de Portlligat y Sa Farnera, se levanta una diminuta villa a base de casitas blancas, barracas de pescadores, callejuelas empedradas y hermosos olivos.
Además de disfrutar de su playa, y del tranquilo y salvaje entorno, te recomendamos que visites la Casa de Dalí, convertida en un pequeño museo. El pintor fue adquiriendo y acondicionando casitas de pescadores, hasta convertir este emplazamiento en su hogar y taller de trabajo. En tu visita podrás visitar el dormitorio, el curioso jardín, la piscina, la biblioteca, el taller… la esencia de Dalí está hasta en el último rincón. Puedes encontrar toda la información sobre la Casa de Dalí aquí.
7. Monells.
Otro de los pueblos más bonitos que ver en la Costa Brava es Monells, una pequeña localidad situada en el Baix Empordà popular entre otras cosas, por ser escenario de la película «8 apellidos catalanes». Junto al río Rissec encontramos una pequeña villa a base de estrechas callejuelas empedradas y flanqueada por preciosas casitas de piedra.
Este pueblecito de esencia medieval y gótica, nos sorprende con un precioso y tranquilo paseo donde parece que el tiempo se haya detenido por completo. En tu visita no puedes dejar de callejear y descubrir sus coquetos rincones, así como pasar por debajo de algunos de sus arcos de piedra, visitar la Plaza del Oli, fotografiar la Iglesia de Sant Genís o tomar algo en los soportales de la Plaza Jaume I.
8. Cala Sa Tuna.
Cala Sa Tuna es otro de los pueblos más bonitos de la Costa Brava que deberías visitar. Este increíble, resguardado y salvaje rincón entre pinares y rocas, junto a la Punta d’es Plom y acariciado por el mediterráneo, nos sorprende con un pequeño conjunto de antiguas casitas de pescadores blancas y un bonito torreón de piedra.
Entre toda esta belleza, una pequeñita playa de 80 metros de largo a base de piedrecitas, nos ofrece una de las mejores postales de la Costa Brava. Es sin lugar a dudas una de las calas más bonitas y conocidas de Cataluña, y es fácil saber porqué.
Te recomendamos que además de disfrutar de su playa, dar un paseo por sus callejuelas entre barquitas de madera y degustar su comida local frente al mar, te acerques hasta el Mirador que encontrarás junto al Hostal Sa Tuna, ofrece una vista increíble de la Cala y entorno natural.
9. Tossa de Mar.
Tossa de Mar es otro de los pueblos más bonitos de la Costa Brava sin duda alguna. Tras un pasado romano y medieval que sirvió como refugio de artistas e intelectuales, hoy encontramos una Tossa que conserva ese legado entre la atenta mirada de turistas y visitantes.
Tras cruzar el Portal Dovelado, damos con la Vila Vella, el recinto amurallado de Tossa declarado monumento histórico-artístico nacional. Este único ejemplo de población medieval fortificada del litoral catalán fue construida a inicios del s.XIII a base de muros almenados, torreones y torres cilíndricas. El interior de la Vila es un lugar encantador a base de estrechas callejuelas empedradas, entre pinares, casitas y la Iglesia de San Vicente del s.XV.
Su extensa playa se convierte en el refugio y mirador perfecto de este increíble enclave de la costa geronesa. Es un lugar ideal en el que dar un paseo, disfrutar del sol o recorrer su paseo marítimo entre tiendecitas y restaurantes. Sin lugar a dudas, Tossa es una localidad estupenda y súper cómoda si viajas a la Costa Brava con niños.
10. Cala S’Alger.
Un precioso paseo por el camino de ronda nos trajo hasta Cala S’Alger, donde impera la paz más absoluta. Cala S’Alger no es un pueblo como tal, pero nos pareció tan fascinante que no podíamos dejar de hablar de él en este post.
Se trata de una pequeña playa de piedras, rodeada de frondosos pinares y formaciones rocosas, donde destacan un pequeño conjunto de antiguas casitas de pescadores blancas con preciosas puertecitas y contraventanas de diferentes colores. Entre barquitas de madera y redes de pesca, la brisa marina y el sonido del mar, encontramos uno de los lugares más tranquilos de la Costa Brava. Tan tranquilo, que sólo nos cruzamos con el dueño del único bar-restaurante que hay aquí.
11. Port de la Selva.
Hablemos de Port de la Selva, otro de los pueblos más bonitos de la Costa Brava. En la sierra de Rodes, al norte del Cap de Creus y perteneciente a la comarca del Alt Empordà, encontramos este pequeño y coqueto pueblo marinero de casitas blancas acariciado por aguas mediterráneas y presidido por su iglesia de Santa María de les Neus.
Entre casitas de contraventanas de colores con locales de artesanía y restaurantes en sus bajos, y viviendas tradicionales de pescadores, encontramos un entramado de callejuelas empedradas preciosas de recorrer en un paseo al atardecer. Entre barquitas de pesca y la brisa marina, una extensa playa flanqueada por una riqueza paisajística incalculable que merece la pena ser recorrida y disfrutada con calma.
12. Peratallada.
Ubicada en el municipio de Forallac, en el Bajo Ampurdán, es otro de los pueblos de interior más bonitos que ver en la Costa Brava. La villa fue declarada conjunto histórico-artístico y Bien de Interés Cultural, y no nos extraña, puesto que ofrece uno de los núcleos de arquitectura medieval más importantes y mejor conservados de Cataluña.
En nuestro paseo por el pueblo encontramos un entramado de estrechas y empedradas callejuelas flanqueadas por preciosas casitas de piedra marrón, un bonito castillo-palacio y unas bien conservadas murallas. Sus bonitas tiendas de artesanía, sus coquetos barecitos como «La Vermutería» y el buen ambiente de la plaza del pueblo, convirtieron Peratallada en una de las grandes sorpresas de nuestra ruta por la Costa Brava.
13. Besalú.
Por último, debemos hablarte de Besalú, en nuestra opinión otro de los pueblos más bonitos de Girona. Esta villa ubicada al este de la Garrotxa, fue sede de un importante condado independiente y cuenta con un espectacular conjunto histórico-artístico medieval.
El majestuoso puente románico sobre el río Fluvià es uno de los mejores vestigios del condado de Besalú. Tras cruzar el puente, un precioso núcleo a base de callejuelas nos sorprende con lugares como la Iglesia de Sant Vincenc, el antiguo hospital de Sant Julià o la Casa Cornellà, todos del s.XII, así como su pasado judío, que todavía es palpable en lugares como el Miqvé del s.XII.
Es tal la belleza, encanto y patrimonio artístico e histórico, que el aire medieval de Besalú no se le resistió ni a la gran pantalla. Besalú ha sido escenario de «El Perfume» o de la tercera temporada de la increíble serie de HBO «Westworld».
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Esperamos que este artículo sobre los 13 pueblos más bonitos que ver en la Costa Brava te haya sido muy útil para organizar tu próximo viaje por esta preciosa zona de Girona. Si tienes alguna recomendación o sugerencia, no dudes en contactar con nosotros para que podamos seguir mejorando nuestro contenido. ¡Buen viaje!
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