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📍60+1 cosas QUE HACER EN PARÍS y GUÍA COMPLETA.

París es una de las ciudades más bellas y más visitadas del mundo. La capital francesa ofrece infinidad de actividades y atractivos turísticos, así como subir a la Torre Eiffel, pasear por el Arco del Triunfo o entrar en el Museo del Louvre.

A pesar de haber recorrido en 6 ocasiones la ciudad del amor, en todas nuestras visitas descubrimos nuevos lugares que no dejan de sorprendernos. En este post te dejamos toda la información sobre 60 cosas que hacer en París.  Esperamos que esta guía te sea útil para tu visita a la ciudad y te ayude a hacer planes alternativos sin gastar un €. Así que, anota y ¡a disfrutar de la aventura!

📍60+1 COSAS QUE HACER EN PARÍS Y GUÍA COMPLETA.

 

1. Subir a la Torre Eiffel, una actividad imprescindible.

Subir a la Torre Eiffel es una actividad que uno debe hacer por lo menos una vez en la vida. La Torre Eiffel fue construida en 1889 para la Exposición Universal que se celebró en la ciudad, y aunque en principio iba a ser temporal, finalmente se decidió dejarla. A día de hoy es el símbolo de París y Francia, así como el monumento más visitado del mundo.

A pesar de que observar París desde las alturas sin la Torre Eiffel pierde un poco su encanto, siempre se puede subir a la Torre y además combinarlo con algún otro mirador como el del Arco del Triunfo, la Torre Montparnasse o Galerías Lafayette, para disfrutar del horizonte de París con su icónico símbolo.

2. Pasar la tarde en el Parc des Buttes Chaumont.

Sin lugar a dudas, uno de los mejores parques de París. Llevábamos tiempo queriendo visitarlo, pero debido a que se encuentra un poco más alejado del centro y no es una visita tan convencional, siempre acabábamos por descartarlo.

El Parc des Buttes Chaumont es el tercer parque más grande de la ciudad, con una cantidad y variedad de plantas impresionante, un lago, un puente colgante… un lugar maravilloso para pasear, hacer un picnic, o disfrutar de sus espectaculares vistas al barrio de Montmartre. Uno de nuestros grandes descubrimientos y uno de nuestros imprescindibles de la ciudad.


3. Alucinar con la Ópera Garnier.

Este edificio levantado bajo ordenes de Napoleón III y construido por el prestigioso arquitecto Charles Garnier, no sólo le maravilló a Hitler en su visita a París, a nosotros nos dejó totalmente impactados.

Ya eran varias las visitas a la capital francesa, y entrar a la Ópera siempre se nos había resistido por diferentes motivos. ¡Y que gran error! El edificio neobarroco que inspiró a la ilustre obra «El fantasma de la ópera» todavía nos impresiono muchísimo más por dentro que por fuera.

Su salón dorado, tan sumamente recargado, con sus espejos, candelabros, pinturas y lamparas de araña nos dejó boquiabiertos. Así como su escalinata central y su majestuoso escenario. Una visita totalmente recomendable y que justifica los 14€ de entrada sin ninguna duda.

4. Pasear por el Pont d’Alexandre III.

Hay infinidad de puentes que cruzan el Sena, pero el Pont d’Alexandre III siempre será nuestro favorito, además de ser el más largo de la ciudad.

El puente fue inaugurado en 1900, y 75 años más tarde fue considerado monumento histórico. Sus detalles dorados en las farolas y esculturas lo convierten en uno de los más especiales de la ciudad, y uno de nuestros máximos imprescindibles. Disfrutar de las vistas hacia la Torre Eiffel y de los Inválidos, son el colofón de un paseo sobre el Sena.


5. La Antorcha de la Libertad, visitar un monumento que pocos conocen.

Frente al extremo norte del Pont de l’Alma se encuentra la reproducción a escala real de la antorcha de la Estatua de la Libertad neoyorquina. Este monumento fue un regalo del periódico americano International Herald Tribune a la ciudad francesa, para celebrar los 100 años de historia de la publicación estadounidense y su hermandad con el país galo.

El monumento es también es conocido como la llama de la libertad, y además alberga el memorial no oficial a la Princesa de Gales Lady Di, que falleció en el túnel que justo hay bajo la antorcha. Por ello, nunca faltan las flores, velas ni mensajes alrededor del monumento.


 

6. Comprobar la belleza de la Gioconda de Da Vinci en el Museo del Louvre.

Visitar el Museo del Louvre es un imprescindible absoluto en una visita a la capital francesa. Y por supuesto, es obligatorio hacerle una visita a la Gioconda de Leonardo Da Vinci. Debido a la cantidad de gente que se acumulaba frente a este cuadro, el museo ha tenido que tomar medidas, y ahora se debe hacer fila para poder disfrutar de la obra durante unos 30 segundos.

Se trata del retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, más conocida como la Gioconda o Mona Lisa, es una obra pictórica del italiano Leonardo da Vinci. El cuadro fue adquirido por el rey Francisco I de Francia a comienzos del s.XVI, y desde entonces es propiedad del Estado Francés. Es por eso que se halla en el Louvre. Debido a los misterios que la rodean, múltiples copias y robos, además de su belleza, han hecho que esta sea la obra más famosa del mundo, visitada por millones de personas anualmente

Encontrarás frente a la Mona Lisa cientos de turistas agolpados sacándose selfies, pero nosotros os recomendamos que disfrutéis de la belleza de este famoso cuadro. Si quieres ahorrarte filas y disfrutarla a solas, ve unos 15 minutos antes del cierre.


 

7. Comer un crepe de nutella en Aux Meilleures Crepes de Paris.

Otra de las cosas que uno debe hacer en París sí o sí, es comer un crepe de nutella. Nosotros casi podemos decir que somos unos expertos en esta materia, ya que hemos probado muchísimos crepes de diferentes locales de París. Sin embargo, la crepería «Aux Meilleures Crepes» sigue siendo nuestro lugar favorito. Os recomendamos pedir un crepe de nutella o de nutella con plátano, los salados no son nuestros favoritos. Cada crepe cuesta en torno a los 4,5€ y te proporcionan una jarra con agua fresca. Sin duda, ¡delicioso!


 

8. Visitar a Napoleón Bonaparte en los Inválidos de París.

Otra de las actividades que hacer en Paris es la de realizar una visita al edificio de los Inválidos. El complejo  fue edificado en el siglo XVII como residencia para los soldados franceses retirados del servicio. En la iglesia Saint Louis des Invalides, que fue concebida para servir al rey y a los soldados se encuentra el impresionante sarcófago de Napoleón Bonaparte, justo bajo la famosa cúpula dorada de 100m de altura. 

Además de los restos del francés, el complejo de los Inválidos cuenta con un museo de armas. Dentro de este museo, podemos encontrar una sección completa dedicada al conflicto de la Segunda Guerra Mundial. Proyecciones, armas, uniformes, fotografías, documentos, blindados, cartelería… una visita que nos adentra en lo más profundo de este gran conflicto bélico y que merece absolutamente la pena recorrer.


9. Conocer el Moulin Rouge y el París más erótico.

El Moulin Rouge es el icono indiscutible de esta zona de París y de una década pasada, así como icono de presente y futuro. El Moulin Rouge es el emblemático cabaret parisino, construido en 1889 por el español Josep Oller, que también era propietario del Olympia y Charles Zidler. Está situado en el barrio rojo de Pigalle, al pie de Montmartre.

El cabaret fue inaugurado durante la Belle Epoque, y ofrecía espectáculos de variedades que combinaban diversos números independientes, baile, magia, canto… con presencia importante de contenido erótico.

La inauguración del Moulin Rouge coincidió con una época de grandes cambios en el ámbito social, cultural y económico a nivel de toda Europa, por lo que su éxito fue absoluto. El auge de corrientes como el Impresionismo, así como la construcción de la Torre Eiffel, hicieron que París atrajera a más de cuarenta millones de visitantes de todo el mundo.

Es imposible desligar el Moulin Rouge de la figura de Henri de Tolouse-Lautrec, extraordinario exponente del arte que se convirtió en uno de los más grandes cartelistas de su era. Él inmortalizó en su obra al Moulin Rouge y este lo inmortalizó a él creando la simbiosis perfecta entre el artista y el tema.

El cartel inaugural del Moulin Rouge fue obra de Toluse-Lautrec y en la siguiente década fue su tema favorito junto con la noche bohemia del París de finales del siglo XIX. Otros grandes intelectos europeos también sucumbieron a este ambiente entre decadente, bohemio y festivo, entre otros, Van Gogh u Oscar Wilde.

La historia del Moulin Rouge lleva camino de ser eterna. El Moulin Rouge ha sobrevivido a dos guerras mundiales, a más de 129 años de anécdotas, alcohol, arte y lujuria. Pero sobre todo, artistas de la talla de Edith Piaf, Frank Sinatra, Liza Minnelli o Dean Martin han pisado su escenario, y por supuesto, Renoir también quiso inmortalizar el famoso molino rojo.

* Los FREE TOUR no tienen un precio fijo, sino que al finalizar, cada persona entrega al guía el importe que considere en función de su satisfacción.


10. Tomar un Crême brûlée en la Cafetería de Amélie.

Sin la más mínima duda, podemos afirmar este café debe su fama por ser uno de los escenarios más famosos de la película de Amélie, debido a que gran parte de ella transcurre en este establecimiento. Aquí es donde Amélie Poulain ejerce de camarera y convive con las historias de otros personajes como Suzanne (la dueña del local), Gina (la hipocondríaca que vende en el estanco) o Joseph (el curioso personaje que graba todo).

Puedes entrar a tomar el típico crême brûlée, y además comprobar que todo su interior se ha mantenido fiel a como estaba en la película, aunque los precios son muy parisinos. Lo único que se colocó para el rodaje, fue la zona del estanco regentado por Gina. Además, ir al servicio es todo un museo y un pequeño homenaje al film.


11. Buscar libros y vinilos de segunda mano en el barrio Latino de París.

El Barrio Latino es otra de nuestras zonas favoritas de la ciudad. Una zona repleta de ambiente nocturno y diurno, con mucha vida estudiantil debido a la presencia de la Universidad de la Sorbona, así como con zonas verdes y jardines, hacen de este lugar un enclave perfecto. Aquí podemos encontrar una gran oferta de restaurantes a precios asequibles.

Sin embargo, nuestra parte favorita de este barrio es el hecho de encontrar librerías y tiendas de música de segunda mano. En estas se pueden encontrar verdaderas reliquias, vinilos únicos y libros originales. Después una buena cerveza en alguno de los pubs que se encuentran en el barrio, convierten al barrio Latino en la visita perfecta.

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12. Alucinar con los precios de las joyerías de la Place Vendôme.

Otro de los lugares imprescindibles que ver en París,  es la icónica Place Vendôme, situada en el Distrito I de París, el más caro de la ciudad. Esta plaza típica del urbanismo clásico francés y famosa por su columna Vendôme, está clasificada como monumento histórico. Aquí vieron fallecer a Chopin, destruyeron la columna durante la Comuna de París, además de llamarse «la plaza de las picas» durante la Revolución Francesa.

En la actualidad, comprende una de las zonas de más opulencia y lujo de toda la capital francesa. Hoteles y apartamentos de lujo ocupan las plantas superiores de todos los edificios de la place. En todas las plantas bajas podemos encontrar algunas de las joyerías de más renombre del mundo; Cartier, Chopard, Dior, Chanel… puedes alucinar viendo sus escaparates, sus joyas y sus precios.


 

13. Localizar el famoso obelisco de la Concordia.

La plaza de la Concordia, entre los jardines de las Tullerias y los Campos Elíseos, comprende una de las plazas más conocidas y bellas de París. Si tuviésemos que quedarnos con una plaza, sin lugar a dudas sería esta. Aquí confluyen varias avenidas, y se puede disfrutar de una vista del Louvre, del Arco del Triunfo, la Torre Eiffel, el Sena y la iglesia de la Madeleine al mismo tiempo.

La Plaza de la Concordia debe gran parte de su fama al periodo de la Revolución Francesa, ya que aquí fueron cortadas muchas cabezas, incluso la del rey Luis XVI. Con el paso de los siglos, la plaza fue cambiando de aspecto. En 1840 el virrey de Egipto «regaló» a Francia un imponente obelisco con más de 3.000 años de antigüedad proveniente del templo egipcio de Lúxor. La plaza se mantiene en el estado actual que ahora conocemos desde entonces.

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14. Tomarse una foto en la curiosa plaza del Palacio Real.

El Palacio Real de París se encuentra situado al norte del Museo del Louvre y tiene la peculiaridad de que no se construyó como residencia para los reyes, sino para el Cardenal Richelieu. Conocido como el Palais Cardinal, el edificio fue donado a la corona francesa tras la muerte del cardenal, y los Duques de Orleans lo convirtieron en su residencia. Años más tarde Luis Felipe José de Orleans decidió remodelar los jardines y abrirlos al público.

Además de sus jardines, sus comercios históricos y sus emblemáticos edificios, en la plaza del Palacio Real encontramos unas columnas bicolor de diferentes alturas que hacen las delicias de todos los turistas. Te retamos a tomarte aquí la famosa foto sobre una de las columnas y hacerlo sin gente, ¡todo un reto!


15. Visitar el puente de Bir Hakeim, escenario de la película Origen.

París tiene infinidad de miradores y lugares desde los que disfrutar de las mejores vistas de la Torre Eiffel. Este año paseamos por el puente de Bir Hakeim, a unos 500m de Trocadero. Su inusual estructura hace que destaque de otros puentes que cruzan el Sena, pero desde luego su increíble perspectiva lo vuelve merecer de una visita. Además, aquí se rodaron algunas famosas escenas de la película Origen protagonizada por Leonardo DiCaprio.


16. Buscar antigüedades en los famosos bouquiniste.

El término bouquiniste se refiere a los vendedores de libros antiguos y de ocasión. En estos puestecitos alojados a orillas del río Sena podemos encontrar libros antiguos y de bolsillo, antiguos anuncios, carteles de conciertos, fotografías y postales antiguas, revistas antiguas, sellos… En la actualidad están instalados a lo largo de más de tres kilómetros a orillas del río Sena, y han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La tradición con los libros de segunda mano comenzó alrededor del siglo XVI con pequeños vendedores ambulantes de almanaques e impresos. A pesar de que durante años estos bouquiniste estuvieron en el punto de mira del poder francés.

Fue con Napoleón, el ordenamiento y mejora de los muelles del Sena, cuando los buquinistas se multiplicaron y fueron reconocidos por los poderes públicos. En la actualidad son uno de los iconos de la capital francesa, y un lugar estupendo en el que encontrar reliquias.

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17. Ver alguna exposición en el Petit Palais y Grand Palais.

Grand Palais y el Petit Palais son dos edificios situados en los Campos Elíseos, frente al Puente Alejandro III y a orillas del río Sena. Ambos edificios datan de 1897, ya que su construcción comenzó para albergar la Exposición Universal de 1900, junto con la Torre Eiffel.

Ambos edificios destacan por el estilo ecléctico de su arquitectura, característico de la Escuela de Bellas Artes de París. Los edificios reflejan el gusto por la rica decoración y ornamentación de sus fachadas, y nos impresionan el gran acristalamiento de sus cubiertas. Desde 1964 albergan colecciones de arte provenientes de museos nacionales franceses, además se ser utilizados para otras actividades artísticas como los desfiles de Chanel.

Si tienes oportunidad, no dejes de ver alguna de las muchas exposiciones temporales o permanentes que ofrecen ambos museos, ya que podrás observar obras de artistas de la talla de Toulouse-Lautrec, el Greco, Miró


18. Déjate retratar por algún artista en la Place du Tertre.

La Plaza de Tertre o la también conocida como «la plaza de los pintores«, se encuentra en uno de los laterales de la basílica del Sacré-Coeur. Es uno de los lugares más emblemáticos de Montmartre y una de las principales atracciones turísticas de París debido a la gran concentración de retratistas y pintores que exponen y pintan sus obras al aire libre. Si queréis hacer algo típico, podéis dejaros retratar por alguno de los artistas de la plaza, que tienen precios de unos 50€ por retrato, aunque siempre es negociable.

Sin lugar a dudas, es un recuerdo de la bohemia parisina del siglo XIX y principios del siglo XX, donde Montmartre fue la cuna del Impresionismo. A principios del siglo XX, vivieron en la Plaza de Tertre o en sus cercanías diversos pintores pobres que luego fueron mundialmente conocidos, como Picasso y Utrillo.

En las inmediaciones de la plaza, además de encontrar multitud de restaurantes y cafeterías, han proliferado las tiendas de souvenirs. En la zona, tan sólo quedan un par de galerías auténticas. El resto de tiendas ofrecen cuadros de la ciudad de París hechos en serie y realizados en países asiáticos.

Por tanto, si deseas llevarte como recuerdo una pintura de la ciudad y no tienes suficiente presupuesto para retratarte, te recomendamos que compres alguna pintura de la ciudad en la Place du Tertre, a un artista de verdad, independiente, y que cada mañana monta su caballete para llenar la plaza de color.

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19. Subir al mirador de Galerías Printemps o Galerías Lafayette.

Ambas galerías, ubicadas una frente a otra, constituyen dos de las galerías más visitadas, importantes e históricas de la ciudad de París. Si tenéis un gran presupuesto, podéis hacer vuestras compras en estos establecimientos, donde encontraréis artículos de primeras marcas.

Si no, siempre podéis disfrutar de su espectacular interior, o subir a alguna de las dos terrazas. Las vistas de París son maravillosas, y lo mejor de todo es que ¡ambos miradores son gratuitos!


20. Contemplar Nôtre-Dame desde las orillas del Sena.

Otro de los grandes planes que hacer en París, es contemplar la catedral de Notre Dame desde el río Sena. Si bajamos al canal, el ambiente está muchísimo más tranquilo que en la plaza frente a la catedral, por lo que podemos observar y disfrutar de este emblemático monumento sin aglomeraciones.

Resulta maravilloso quedarse embobado mirando esta obra artística y arquitectónica que entre otras cosas, inspiró a Victor Hugo en su historia protagonizada por Quasimodo y vio coronar también a Napoleón. Si podéis comprar algo de comida para llevar, es un lugar precioso donde tomarlo y descansar un rato, con las mejores vistas frente a nosotros.


21. Tomarte una foto con la Torre Eiffel desde Trocadero.

Uno de nuestros sitios favoritos para retratar la Torre Eiffel, es desde luego el mirador de Trocadero. También debió parecerle a Hitler un lugar estupendo desde el que contemplar la Torre Eiffel, ya que aquí se tomó su famosa foto en París.

A pesar de que es un lugar maravilloso y las vistas son increíbles, os recomendamos ir temprano, ya que suele estar abarrotado de gente. Eso si, si no podéis ir a primera hora, podéis disfrutar de la cantidad de parejas que vienen hasta aquí a hacerse su book de fotos de boda (¡no tiene desperdicio!).


 

22. Degustar los macarons de Ladurée en Campos Elíseos.

Otra de las cosas que siempre hacemos en cada visita a París es comer los típicos macarons. Los macarons son el postre francés por excelencia.

Nosotros nos solemos decantar por la emblemática pastelería Ladurée situada en Campos Elíseos (hay tiendas Ladurée por todas partes), ya que ofrece una amplia variedad de sabores, a pesar de que los precios todavía son más altos que en otras pastelerías. Una cajita de 5 macarons ronda los 17€ y el desayuno por persona los 20€. Pero están tan deliciosos… ¡que jamás nos podemos resistir!

23. Visitar a los franceses más ilustres en el Panteón de París.

Muchas veces pasamos por alto el Panteón en una visita a París, y lo comprendemos, hay demasiadas cosas para ver en la capital francesa. Sin embargo, debéis saber que el Panteón de París, ubicado en el barrio Latino y próximo a la Universidad de la Sorbona, alberga los féretros de 65 de los personajes más ilustres de Francia.

Aquí yacen los restos de Voltaire, Victor Hugo, Émile Zola o Rosseau, entre otros. La entrada de adulto cuesta 9€, pero si eres europeo y menor de 25 años podrás entrar gratis. En nuestra opinión, una visita totalmente imprescindible. 


 

24. Relajarse en las sillas del Jardín de las Tullerías.

Entre el Museo del Louvre y la Plaza de la Concordia encontramos el Jardín de las Tullerías. Estos jardines de estilo florentino fueron construidos bajo las caprichosas órdenes de Catalina de Medicis. Tanto el palacio como los jardines fueron lugar de celebración de lujosas fiestas de la alta sociedad parisina, sin embargo, con el traslado de la Corte de Versalles, ambos cayeron en el abandono.

El palacio fue destruido a manos de la Comuna de París en 1870, sus jardines recuperaron su esplendor transformándolos al estilo inglés y Napoleón ordenó la construcción del Arco del Triunfo del Carrusel. De esta manera, el lugar logró salvarse y sobrevivir hasta nuestros días como los primeros jardines públicos de la ciudad.

En la actualidad son uno de los lugares más concurridos de la ciudad de París. Millares de personas pasean por esta increíble atmósfera entre jardines, arboles, estanques, estatuas y fuentes. Parar un rato a descansar en algunas de las decenas de sillas que se encuentran frente al estanque es un plan estupendo que hacer en París.


25. Entrar en la librería Shakespeare & Company y sentirte como en una película de Woody Allen.

Otra de las cosas más originales que hacer en París es visitar la librería Shakespeare & Company, ubicada justo frente a Notre Dame. Se trata de una librería independiente que sirve al mismo tiempo como librería y biblioteca especializada en literatura anglosajona. Durante el periodo de la Generación Perdida, la librería era frecuentada por algunos de sus ilustres escritores como Hemingway, James Joyce o F.Scott Fitzgerald.

Los clientes podían comprar o tomar prestados libros, además de encontrar obras que habían sido censuradas en países anglosajones. A día de hoy, y si os gustan los libros, siempre podéis ir a leer un rato, comprar un libro o simplemente curiosear este emblemático comercio. Además, este fue escenario de la película «Midnight in Paris» de Woody Allen. 


26.Visitar tumbas ilustres y monumentos a los caídos en el cementerio Père-Lachaise.

Situado en el barrio de Le Marais, se encuentra el cementerio más visitado del mundo, el cementerio de Père-Lachaise. Entre sus más de 800.000 inquilinos que yacen en paz, podemos dar con personajes célebres como Edith Piaf, Jim Morrison, Delacroix, Pissarro, Chopin, Molière, Balzac, Oscar Wilde…

En este lugar de sepultura yacen también los restos de víctimas de diferentes conflictos bélicos. Aquí se encuentran diferentes monumentos en homenaje a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial y las víctimas del Genocidio. También existe un pequeño memorial a las víctimas españolas caídas durante este conflicto, y los restos de una de las mayores representaciones españolas de esta lucha yace aquí, Francisco Boix.

Aunque la visita pueda parecer algo tétrica, consideramos que es parte de nuestra historia. Por doloroso, infame y truculento que sea nuestro pasado, siempre es buena idea acercarnos a comprender de donde venimos. Por ello, recomendamos absolutamente hacer una parada en Père-Lachaise.


27. Subir al Arc du Triomphe y visitar la tumba del soldado desconocido.

El arco del triunfo fue construido bajo ordenes de Napoleón Bonaparte para conmemorar  la victoria en la batalla de Austerlitz en 1805. Justo debajo del monumento podéis encontrar la tumba al soldado desconocido junto a la llama eterna, en honor a todos los soldados caídos durante la Primera Guerra Mundial.

Pero además de contemplar la faraónica obra del emperador francés, podéis subir a ella y obtener una de las mejores vistas de toda la ciudad. Desde lo alto del Arc du Triomphe podemos observar la cantidad de avenidas que convergen en la rotonda, además de ver la ajetreada vida de los Campos Elíseos o disfrutar de la espectacular Torre Eiffel. Si sois europeos menores de 25 la entrada es gratuita, si no, deberéis pagar 8€ por subir al monumento. Id temprano, ya que suele haber bastante fila.


28. Recorre los tres famosos arcos de la ciudad.

Tal vez el más conocido sea el Arco del Triunfo, situado en los Campos Elíseos. Sin embargo, podéis recorrer los otros dos arcos de la ciudad, que están trazados en línea recta. El Grande Arche de la Défense, de arquitectura moderna, es el último que se ha levantado en la ciudad francesa. Justo en la otra dirección, entre los jardines de las Tullerias y el Museo del Louvre, encontramos el último arco.


29. Visitar los viñedos de Montmartre.

Otra de las cosas que te recomendamos hacer en París es el Vigne du Clos Montmartre, los únicos y últimos viñedos de París, que nos hacen comprobar la independencia con la capital y el estilo de vida rural que impregnaba Montmartre. Vigne du clos Montmartre son los restos de una zona que a principios del siglo XIX estaba imperada por viñedos, chozas campesinas y decenas de molinos de viento.

Ya en el s.XVI Montmartre era centro principal de vendimiadores. Tanto es así, que incluso la corte llegó a beber de este vino. Sin embargo, el vino de la zona fue perdiendo calidad y prestigio paulatinamente, y los viñedos terminaron por desaparecer. A pesar de que dudamos que sea el mejor vino francés, esta parcela mantiene viva la esencia e historia del barrio. Por ello, os recomendamos que bajéis hasta Au Lapin Agile, ya que los viñedos se encuentran frente al cabaret.

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30. Alucinar con la iglesia de la Madeleine.

Inspirada en la Maison Carrée de Nimes, la Madeleine constituye uno de los edificios más espectaculares y peculiares de París. La primera vez que paseamos por sus alrededores, no teníamos claro si se trataba de una iglesia o una reproducción de un templo romano. Su construcción fue iniciada en el s.XVIII, pero se vio interrumpida durante la Revolución Francesa.

Durante el mandato de Napoleón Bonaparte, el proyecto mutó, y se decidió que no fuese una iglesia católica, sino un Templo a la Gloria de la Grande Armée. La Madeleine tuvo esta función hasta la construcción del Arco del Triunfo, por lo que en la actualidad cumple la función de Iglesia Católica, y desde luego, la más especial y diferente de la ciudad. Una visita totalmente recomendable e imprescindible.


31. Disfrutar de las vistas de la Torre Montparnasse.

Con una altura de 210 metros, la Torre Montparnasse es uno de los mejores miradores para contemplar la ciudad desde las alturas, ya que desde su terraza se pueden apreciar los monumentos más importantes de París. La torre fue inaugurada en 1973, y fue causante de una enorme controversia, ya que los parisinos creían que desentonaba absolutamente con el entorno clásico propio de la ciudad.

En la actualidad cerca de 5.000 empleados trabajan en 53 de las plantas del edificio, mientras que más de 750.000 visitantes suben cada año hasta las terrazas del segundo edificio más alto de Francia, para disfrutar de las mejores vistas de la ciudad.


32. Descubrir las misteriosas Catacumbas de París.

Probablemente la visita más escalofriante de la ciudad sea la de las Catacumbas de París. Se trata de una red de túneles que sirven como cementerio a miles de personas de distintas épocas.

Se calcula que los restos de más de 6 millones de personas puedan estar enterrados en los más de 300 kilómetros de túneles. Esta práctica comenzó en 1786 para combatir epidemias y enfermedades que asolaban a la población, puesto que se decidió trasladar cadáveres y huesos de diferentes cementerios hasta las catacumbas.

A pesar de que a priori la visita puede resultar un poco tétrica, es curioso contemplar los infinitos huesos humanos y calaveras agrupados formando extensas construcciones. La entrada de adulto cuesta 14€.


33. Visitar el Centre Pompidou.

Si eres un amante del arte, no puede faltar en tu estancia en París una visita al Centre Pompidou. El museo alberga una de las mejores colecciones de arte moderno y contemporáneo del mundo, equiparable al MOMA de Nueva York o al Tate Modern de Londres.

La construcción del museo en 1977 cambió radicalmente la vida del barrio de Beaubourg, una zona bastante degradada hasta entonces. En el momento de su apertura fue una obra pionera de la arquitectura contemporánea, capaz de crear un gran contraste con el gris paisaje urbano de la zona gracias a los tubos de colores situados en el exterior del edificio. Por ello, consideramos que merece la pena tanto por fuera como por dentro.

En el interior podréis encontrar obras de grandes artistas contemporáneos como Picasso, Dalí o WarholSolo por su arquitectura y por las vistas que tendréis desde la cima merece una visitaEl precio de la entrada es de 14€. Si eres residente de la Unión Europea la entrada es gratuita. 


34. Perderse por las calles de el barrio bohemio de Montmartre.

Montmartre siempre será nuestra zona favorita en la ciudad de París. Sus estrechas calles adoquinadas, sus casitas de colores, restaurantes y cafeterías históricas, sus cabarets y molinos,  y por supuesto, su ambiente bohemio entre la música y la pintura, nos conquistó desde nuestra primera visita. En nuestra opinión, pasar medio día por este encantador barrio es una actividad totalmente imprescindible.

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35. Montarte en el tiovivo de la Plaza Louise-Michel y disfrutar del Sacre Coeur.

Sin lugar a dudas, uno de los escenarios más icónicos y apreciados del barrio de Montmartre es la plaza Louise-Michel. La simbiosis entre el tiovivo y el sagrado corazón resulta simplemente perfecta. La plaza fue creada en 1927,  y debido a la pendiente natural de la zona, su disposición resulta bastante peculiar.

Encontramos jardines a diferentes alturas que bordean los 222 empinados escalones. Muchas personas que pasean por esta zona desconocen que aquí transcurre una de las escenas más importantes protagonizadas por Audrey Tatou en Amélie. ¡No nos puede parecer mejor plan que montarnos en este icónico carrusel en un enclave tan especial!


36. Disfrutar del espectáculo de luces de la Torre Eiffel.

Si hay otra actividad que jamás dejamos de hacer en cada visita a París, es la de disfrutar del espectáculo de luces de la Torre Eiffel. A partir del anochecer y hasta la 01:00am, durante los primeros cinco minutos de cada hora en punto,  la Torre Eiffel se ilumina con destellos de manera intermitente.

Te recomendamos ir a ver el espectáculo a la zona de Trocadero o Campos de Marte, ya que se obtienen muy buenas vistas, hay bastante ambiente y hay zona verde para estar sentados en ambos lugares.


 

37. Hacerte una foto en la colorida cancha de baloncesto de Pigalle.

Esta peculiar cancha de baloncesto situada en la Rue Duperré, próxima al Moulin Rouge, es sin ninguna duda la cancha más especial, frecuentada y fotografiada de la ciudad de París. Y desde luego para nosotros, una actividad diferente y divertida que hacer.

En el año 2009, Stéphane Ashpool pensó que a esta pista le vendría bien un cambio de imagen, y para ello se alió con la marca deportiva Nike. Cinco años más tarde, tanto Ashpool como Nike decidieron aliarse a Ill-Studio para volver a renovar la cancha basándose en las inmortalizaciones de deportistas de Kazimir Malévich. Pero la renovación propuesta por Ashpool no fue casual, ya que fue la guinda para la apertura de la tienda Pigalle Basketball, que se encuentra justo frente a la cancha.

Su estado actual es reciente, puesto que Ill-Studio volvió a trabajar para Ashpool y hacer una remodelación de la cancha basada en colores rosas, morados y naranjas de manera degradada. Después de todo este recorrido de más de 10 años, la cancha ha ido tomando una importante relevancia en el mundo del arte y la fotografía. Y tanto es así, que numerosos son los fotógrafos de todo el mundo que acuden aquí a realizar sesiones de fotos, mientras la atenta mirada de los chavales que juegan no siempre es amigable.

Ashpool decidió llevar a Japón a estos chavales del barrio que solían andar jugando para presentar la nueva colección en colaboración con Nike. De esta manera, el barrio de Pigalle está comenzando a consolidarse como un fenómeno global, y a nosotros no nos puede gustar más toda esta creatividad, el ambiente y la explosión de color.

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38. Pasear por los lujosos Campos Elíseos y visitar la tienda Disney.

Otra de las actividades imprescindibles que hacer en París, es la de pasear por la icónica Avenida de los Campos Elíseos. La avenida tiene una longitud de casi 2kms y va desde la Plaza de la Concordia hasta el Arco del Triunfo. Entre tanto encontraréis centenares de comercios, tiendas con primeras marcas, cadenas de ropa reconocidas, restaurantes, cadenas de hamburgueserías… Se trata de la avenida más concurrida de París, tanto para vehículos como viandantes, así que el ambiente está garantizado. En navidad está repleto de puestos con artesanía y food trucks con comida deliciosa, y cada verano es aquí donde acaba el Tour de Francia.

Uno de nuestros planes favoritos es entrar en la tienda Disney que se encuentra en la avenida, debido a que la atmósfera y la ilusión de todos los visitantes dentro es inigualable. La tienda no es muy grande para el imperio que tiene Disney montado en París, y por ello se debe hacer una pequeña fila para acceder al establecimiento. Nosotros siempre pasamos varias veces al lado del Mickey que se encuentra en la planta baja para hacerle silvar, además de que ¡siempre acabamos comprándonos cosas!

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39. Comprender la barbarie de la ocupación nazi en París en el memorial de la Shoah.

En el célebre barrio de Le Marais, en pleno corazón de París, se encuentra el Memorial de la Shoah. Justo en este lugar exacto se encuentra el memorial del Mártir Judio Desconocido, debido a que en esta zona de París había un gran número de habitantes judíos. Este emotivo y conmovedor memorial de la Shoah abrió sus puertas 60 años después de la liberación del campo de Auschwitz, en el año 2005.

El lugar de memoria alberga un museo dedicado a la historia judía durante la WWII, así como un centro de documentación judía contemporánea. En el interior, observamos el Muro de los nombres, en el que están grabados los nombres de los 76.000 judíos deportados de Francia.

La cripta, símbolo de seis millones de judíos muertos sin sepultura, alberga la tumba del Mártir Judío Desconocido con su llama eterna, invitando al recogimiento. Por último, en la parte exterior del memorial se encuentra el Muro de los Justos, que rinde homenaje a los 2693 franceses que tuvieron el valor de proteger a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.

El Memorial presenta regularmente exposiciones temporales, además de organizar actividades pedagógicas, proyecciones, coloquios y conferencias sobre la historia de la Shoah. Sin lugar a dudas, uno de esas visitas que te arrugan el alma y emocionalmente agotadoras, pero que consideramos totalmente necesaria.


40. Visitar el Museo d’Orsay.

Otro de los mejores planes que hacer en París por excelencia, es el de visitar el Museo d’Orsay. El Museo fue inaugurado en 1986 por el presidente Mitterrand, aprovechando la estructura de la que había sido la antigua estación de tren de Orsay. La estación fue construida durante la Exposición Universal de 1900 junto con la Torre Eiffel, para recibir a los visitantes y delegaciones extranjeras.

Sin embargo, su actividad cotidiana se vio interrumpida durante la Segunda Guerra Mundial. La estación fue utilizada durante cuatro eternos años como centro de expedición para los paquetes destinados a los soldados que se encontraban en el frente, así como también sirvió como centro de repatriación de prisioneros franceses que regresaban de Alemania al término de la guerra.

En la década de los 50, la estación acabó siendo desmantelada. Por fortuna, se le dio una segunda oportunidad hasta convertirse en uno de los museos mejor valorados a nivel global. Aquí podréis encontrar obras de artistas de renombre como Van Gogh, Manet, Renoir… y otros del periodo entre 1848 y 1914.


41. Encontrar la palabra te quiero en el famoso muro.

A los pies de la colina de Montmartre, encontramos el Muro de los «Je t’aime», obra creada por Frédéric Baron y Claire Kito. Este lugar ineludible para los enamorados de todo el mundo que vienen a París, se enconde en un parque construido sobre el antiguo ayuntamiento de la Comuna de Montmartre.

El muro está compuesto por 612 azulejos azules, sobre los que florecen 311 «te quiero» en 250 idiomas diferentes, junto con trazos rojos que simbolizan corazones rotos. La obra simboliza a una humanidad que se desgarra, mientras esta pared trata de reunir y recomponer.

El arte callejero decidió cerrar esta obra con una imagen de Rita Hayworth en Gilda, sujetando un guante en su mano y diciendo «Amar es desorden, entonces amemos». Se trata de una obra bastante más profunda de lo que puede parecer a simple vista o lo que nos transmite a través de las redes sociales. Si tenéis tiempo, podéis pasaros a echarle un vistazo.

¡Te retamos a encontrar la palabra «te quiero» en tu idioma! Nosotros la encontramos en castellano, y también en euskera.

* Los FREE TOUR no tienen un precio fijo, sino que al finalizar, cada persona entrega al guía el importe que considere en función de su satisfacción.


42. Descansar en la Place des Vosges y visitar la casa de Victor Hugo.

La place des Vosges es todo un icono tanto en el barrio de Le Marais como en París. Se trata de la plaza más antigua de París, además de una de las plazas con más encanto de la ciudad, y una de las pocas en las que uno se puede sentar en los jardines.

Originalmente fue conocida como «Plaza real», ya que fue construida por orden de Enrique IV para dar alojamiento a la corte, nobleza y alta sociedad parisina. Aquí vivieron entre otros el Cardenal Richelieu y Victor Hugo. En la actualidad, todavía podemos hacer una visita a la casa del escritor de «los Miserables».

Sin lugar a duda es uno de los lugares favoritos de los franceses para estar sentados en las zonas ajardinadas haciendo un picnic. Por ello, la plaza siempre suele estar repleta de gente, sobretodo en verano. A nosotros nos parece un plan ideal siempre que el tiempo acompañe. Además, justo al lado podéis pasaros por el encantador y menos conocido Hôtel de Sully, un palacete del s.XVII donde se alojó Voltaire.


 

43. Visitar el Memorial de los Mártires de la Deportación.

¿Cuantas veces has estado en París caminando por las inmediaciones de Notre Dame y admirando la perfección arquitectónica de la Catedral? Pues probablemente coincida con la cantidad de veces que has pasado por alto que justo a tus espaldas estaba el Memorial de los Mártires de la Deportación, otro gran imprescindible que ver en París.

El memorial de los Mártires de la Deportación es un monumento dedicado a la memoria del conjunto más de 200.000 deportados de la Francia de Vichy a los campos de concentración Nazis durante la Segunda Guerra Mundial.

Este fue construido a iniciativa de la asociación de supervivientes franceses “Réseau du Souvenir” que lo donó al estado el 29 febrero de 1964. Su arquitectura contribuye a evocar el desgarrador sufrimiento de aquellos que fueron deportados, e invita al visitante a la reflexión y a la meditación. Un ejercicio de memoria histórica muy necesario y de entrada gratuita.


44. Disfrutar de las vistas desde las alturas de Montmartre.

Otro de los grandes atractivos del barrio de Montmartre, mas allá de sus galerías de arte, su ambiente, sus callejas, sus monumentos… son sin ninguna duda las vistas. Probablemente sea uno de los mejores miradores de toda la ciudad, ya que al estar ubicado en una colina a más de 100m sobre el río Sena, practicamente es imposible no avistar casi todos los principales monumentos de la ciudad.

Eso si, no pretendáis avistar la Torre Eiffel, ya que la orientación del mirador nos permite ver desde el museo Pompidou hasta el Museo del Louvre. El mirador es gratuito y os recomendamos ir pronto por la mañana, porque suele estar a reventar de gente a partir de las 10.30am.

45. Pasear por la plaza de la República.

La plaza de la República es una plaza parisina que debido a su simbolismo es habitualmente usada por partidos de izquierdas, grupos activistas y sindicatos como lugar de manifestación. La monumental escultura fue inaugurada en 1884 dedicada a la República recién proclamada.

La estatua porta un gorro frigio como sinónimo de la libertad, y una corona vegetal. En la mano derecha sostiene un ramo de olivo como símbolo de la paz y en la izquierda una tablilla donde está escrito «Droits de l’homme», derechos humanos. A su vez, en la cintura lleva una espada.

En la actualidad da gusto pasear por esta plaza repleta de restaurantes, cafeterías, tiendas de ropa y comercios de todo tipo. En las inmediaciones también encontramos algunas salas de música como Bataclán, tiendas gamer, teatros

Es una de las plazas que más nos gusta debido a su ambiente local, donde decenas de jóvenes hacen skate por esta zona a cualquier hora del día, y siempre hay familias y turistas tomando algo en las terrazas o haciendo algunas compras. Si tenéis tiempo, no podéis dejar de visitar esta plaza repleta de simbolismo.


46. Encontrar la Estatua de la Libertad de París.

Tal vez pensabas que la Estatua de la Libertad estaba únicamente en Nueva York, pero no es así. Es más, nosotros hemos visitado la Estatua de la Libertad en Nueva York, Tokyo y Paris. La Estatua de la Libertad de Nueva York fue un regalo que los franceses hicieron en 1886 a los estadounidenses para conmemorar el centenario de su independencia.

El ingeniero Gustave Eiffel, al que todos conocemos por la torre que lleva su nombre, estuvo trabajando en este proyecto que posteriormente sería transportado en barco en un largo viaje desde Francia a Estados Unidos, atravesando el Atlántico.

Tres años después, la comunidad parisina que residía en Estados Unidos quiso devolverle el regalo a su patria. Por ello hicieron una réplica de la Estatua de la Libertad de Nueva York creada por los franceses, para que París también tuviera su Estatua.

Eso si, la de Nueva York mide 93m con la base, mientras que la de París 22m. En la base de la Estatua de la Libertad de París hay una inscripción con las fechas de «Juillet 1776 y XIV Juillet 1789″, haciendo referencia a la independencia americana y al Día de la Toma de la Bastilla, respectivamente.

Si estás dando un paseo por el Sena, podéis acercaros hasta la Isla de los Cisnes, un poco más adelante del puente Bir Hakeim. La visita es super curiosa.

47. Tomarse una foto en algún fotomatón analógico repartido por la ciudad.

Otra de las actividades que hacer en París, es el tema de los fotomatones analógicos. Nosotros nos hacemos una foto cada vez que visitamos la ciudad, volviéndolo ya como algo tradicional. Hay varios de estos fotomatones analógicos repartidos por toda la ciudad, que tienen la peculiaridad de ser una tira de 4 fotos diferentes, en blanco y negro, y realizadas en formato analógico. Esto es, una vez nos tomamos las fotos, debemos esperar unos 4 minutos a su revelado.

A nosotros nos parece un recuerdo super bonito, y cada vez que vamos a París, siempre nos hacemos una tira de fotos de recuerdo, ya que nos parece algo más especial y personal. Además, ¡la experiencia es super divertida! Es una de nuestras grandes tradiciones. Tenéis uno de estos fotomatones justo frente a «Au Marche de la Butte» en Montmartre

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48. Coger el metro en la estación Bir Hakeim, el trayecto más bonito de París.

Si hay un trayecto bonito, este es el que la línea 6 del metro de París recorre entre las estaciones Bir Hakeim y Passy. Hemos hecho decenas de veces este trayecto para observar la Torre Eiffel en una de sus mejores perspectivas, tanto de día como de noche.

Y no nos engañemos, hemos hecho varios viajes para realizar fotos. Si tenéis la oportunidad, no dejéis de coger esta línea y hacer este tramo, la vista sobre el río Sena y la Torre Eiffel de fondo no tiene desperdicio.


49. Tomar un café en Le Consulat.

Pasada la Place du Tertre, se encuentra una de las cafeterías más emblemáticas del barrio de Montmartre. El restaurante Le Consulat, no sólo goza de una estética impecable y en total sintonía con el aire bohemio del barrio.

El restaurante Le Consulat goza además de presumir que fue punto encuentro de enormes artistas que frecuentaban la zona como; Renoir, Van Gogh, Cezanne, Tolouse-Lautrec, Picasso o Monet. Una de las cosas que más disfrutamos hacer en nuestras visitas a París, es tomarnos un café en este rincón. Aunque el café es tamaño piscina y a precio parisino , no todos los días uno puede disfrutar de un enclave así en un lugar de tanto valor histórico.

* Los FREE TOUR no tienen un precio fijo, sino que al finalizar, cada persona entrega al guía el importe que considere en función de su satisfacción.


50. Encontrar a Rómulo y Remo en París.

Además de una Estatua de la Libertad como la de Nueva York, en París también encontramos el famoso monumento romano de la loba romana amamantando a Rómulo y Remo. La escultura está situada en la plaza Paul Painlavé, frente a la universidad de la Sorbona. Se trata de una réplica en bronce de la Loba Capitolina, ofrecida por la ciudad de Roma a París en el año 1962 debido al hermanamiento entre las dos ciudades.

Si estáis dando un paseo por el barrio Latino, y os acercáis hacia las puertas de la Sorbona, no dejéis de buscarla. Es curioso lo desapercibida que pasa entre toda la ajetreada vida de las calles parisinas.


51. Pasear por los Campos de Marte y observar la Torre Eiffel.

Una de las actividades más imprescindibles que hacer en París, es la de pasear o descansar por los Campos de Marte. Seguramente esta sea otra de las zonas que más nos gusta de la ciudad, y en cualquier época del año. Miles de personas cruzan estos inmensos jardines que van desde Trocadero hasta los Inválidos diariamente. En verano resulta un lugar ideal para relajarse y hacer un picnic, que parece ser también la actividad favorita de la gente joven de la ciudad. No puede faltar el vino y el queso.

Nosotros solemos aprovechar a hacer fotos por esta zona, pasear, y tomar algún bocadillo vegetal en alguno de los Food Trucks que se encuentran en los laterales. ¡Comer con semejantes vistas, no tiene precio!


52. Tomarte una foto con la famosa pirámide del Museo del Louvre.

Confesaremos que nosotros jamás nos hemos tomado esta foto, pero te recomendamos infinitamente visitar la plaza del Museo del Louvre y sentarte a observar la cantidad de gente que se toma esta foto. ¡Es de las cosas más divertidas y entretenidas que hacer en París!

Frente a la pirámide de cristal hay unas pequeñas torres a las que los turistas se suben, y simulan tocar la punta de la pirámide con los dedos para tomarse una foto. Suponemos que habréis visto hacer este tipo de fotos con la Torre de Pisa o la Fuente del León en Singapur. A pesar de que a nosotros no nos gusta mucho la foto, nos parece de lo más entretenido dar una vuelta por la plaza y observar como se toma las fotos el resto.


53. Visitar la Sainte Chapelle.

Otra de las mejores cosas que hacer en París es visitar la espectacular Sainte Chapelle. Este increíble lugar también denominada capilla real de la Île de la Cité, es un maravilloso templo gótico situado en el corazón de París declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Esta joya del s.XIII fue erigida en tan sólo siete años para albergar las reliquias adquiridas por el rey San Luis de Francia, como la preciada corona de espinas de Jesucristo y otros objetos relacionados con la Pasión de Cristo, así como también para cumplir con la función de capilla real.

La Capilla Real nos sorprende con paredes de piedra dejan paso a unas espectaculares vidrieras de más de 15 metros de alto en colores azul, rojo y amarillo, que representan escenas religiosas. En el centro, un altar cuidadosamente tallado y pintado. Sobre la puerta de entrada, un increíble rosetón de seis lóbulos y dos cuatríbulos. En total, no darás crédito con las 1113 escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento plasmadas en 15 coloridas vidrieras que merece la pena que veas en persona.


54. Ver el Pensador en el Museo Rodin.

El museo Rodin es un museo francés próximo al río Sena en el antiguo Hôtel Biron. Rodin residió en el Hôtel Biron, adquirido por el Estado francés en 1905. Rodin alquiló su planta baja en 1908 y posteriormente donó parte de su colección personal, que no se donaría completamente hasta 1916. Rodin finalmente depositó todas sus colecciones, sus archivos, su propiedad de Meudon y su obra, esculturas y dibujos. Por ello, la institución abrió sus puertas al público en 1919.

Adentrarse en el típico hôtel particulier francés y admirar las mejores obras del artista, entre otras el famoso «Pensador», es una de las mejores actividades que hacer en París.


55.  Descubrir el barrio de la Défense.

En la zona de La Défense se agolpan cientos de torres y rascacielos que pertenecen a las empresas más importantes, tanto de Francia como a nivel mundial. La Defensa por tanto, ofrece un panorama diferente al del resto de París, repleto de grandes construcciones con aire futurista,una amplia oferta de ocio y restauración. El barrio ofrece una exposición de más de sesenta obras de arte contemporáneo a cielo abierto, plazas, fuentes, e incluso cuenta con unos curiosos jardines colgantes.

Sin lugar a dudas, El Gran Arco de la Fraternidad, es una de las principales edificaciones que se erigen en el distrito de La Défense. El arco se encuentra abierto al público y permite contemplar París desde las alturas. Si queréis hacer un recorrido menos convencional y fuera de toda ruta turística, no dejéis de pasear por esta moderna zona de París.


56. Tomar un Bateaux Mouches para recorrer el Sena.

Otra de las actividades más divertidas que hacer en París, es la de recorrer el Sena en uno de sus barcos. Existen diferentes servicios, los que únicamente cubren la actividad del paseo, o los que además te proporcionan una agradable velada con cena incluida.

De esta manera se pueden observar algunos de los más reconocidos monumentos de la ciudad como el Museo del Louvre, la Catedral de Notre Dame, la Torre Eiffel, los Inválidos o el Museo d’Orsay. Si queréis ver París desde otra perspectiva diferente, no dejéis de tomar alguno de estos barquitos y pasar un agradable rato.


57. Visitar el Hôtel de Ville.

Uno de los grandes atractivos de la ciudad de París es su ayuntamiento, reconstruido en estilo renacentista tras la quema que sufrió en la Comuna de París. Es posible visitar este lugar de poder y de prestigio en visitas guiadas y con reserva previa, y admirar la «Salle de Fêtes», diseñada como réplica de la «Galerie des Glaces» de Versailles.

Pero si no os interesa entrar a su interior, siempre podéis admirar la imponente arquitectura exterior, montar en el tiovivo de la plaza, pasear por las inmediaciones o hacer algunas compras. Este es uno de los lugares más céntricos de la ciudad de París, su corazón, justo frente a la Catedral de Nôtre Dame.

58. Disfrutar de las vistas gratuitas desde el Edificio del Instituto del Mundo Árabe.

Encontrar miradores gratuitos en París, no es tarea fácil. El edificio del Instituto del Mundo Árabe ofrece una vista espléndida de la Île de la Cité, el río Sena, El Barrio Latino… Además de poder adentraros en la cultura árabe, admirar su impresionante arquitectura, podéis acceder a su terraza de manera gratuita y disfrutar de una de las mejores panorámicas de la ciudad.

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59. Tomar un café en alguna de las icónicas cafeterías parisinas.

Si algo hay típico que hacer en París, es tomar un café en alguna de las terrazas de sus miles de cafeterías. Las sillas se ponen de dos en dos mirando hacia la calle, por lo que podemos tomar algo mientras vemos el transcurso de la vida parisina a pie de calle. ¿Puede haber algo mejor que tomar un café caliente en un lugar así? Eso si, tened cuidado a la hora de pedir cafés en París, suelen ser ¡bastante grandes y bastante caros!


60. Descubrir los espléndidos Jardines de Luxemburgo.

Pasear y descubrir los Jardines de Luxemburgo es otra actividad imprescindible que hacer en París. María de Médicis, reina consorte de Francia en 1612, mandó construir este palacete con jardines, ya que echaba de menos los espacios típicos de su país, Italia.

Y ahora todos los parisinos y turistas le damos las gracias por este impresionante espacio verde en pleno corazón de la ciudad. Además, estos jardines tienen un relevante valor histórico, ya que fueron tomados por los nazis y establecidos como cuartel general de la Wehrmacht, entre otras cosas.

En la actualidad, su vegetación y sus fuentes hacen las delicias de miles de parisinos que vienen a relajarse hasta aquí diariamente. Si tenéis en mente comer al aire libre, relajaros un rato antes de seguir vuestra ruta, los Jardines de Luxemburgo son una opción excepcional.


60+1. Degustar productos locales en alguno de los mercados de la ciudad.

Otra de las cosas que hacer en París, es recorrer alguno de sus mercados de productos típicos. Quesos, vinos, frutas, bollería y pastelería, pan artesano… Esta es una actividad que adoramos hacer, nos encanta probar productos típicos de cada país o ciudad que visitamos, y París tiene una gran oferta de este tipo de espacios.

Se pueden encontrar productos de gran calidad, artesanales y locales a buenos precios. Además, ¡siempre es un buen souvenir para algún familiar o amigo! Algunos de estos mercados son el de la Rue Mouffetard en plenoBarrio Latino o Marché Bastille.

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Esperamos que este artículo sobre las 60+1 cosas que hacer en París te haya sido muy útil para organizar tu próximo viaje por la capital francesa. Si tienes alguna recomendación o sugerencia, no dudes en contactar con nosotros para que podamos seguir mejorando nuestro contenido. ¡Buen viaje!

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